Arbitrario y loco
que colgado va por estos días,
desolado.
Se ha volado la pasión
con este otoño.
Las ausencias y los
silencios
lo mataron.
Fracasaron mis palabras
al nombrarte y
la llegada a tiempo
de tu cuerpo
al excitarme.
A destiempo y a destajo.
Todavía algo queda,
cómo poder recuperarlo.
Sin siquiera insinuar
que yo te amaba,
lo que quede en tu boca
de mis labios,
te dirán,
casi gritando,
de mi amor por vos
que ya no habla.
No pregunta,
no insiste,
no reclama.
Por algún lugar de la ciudad
va liberado,
en búsqueda de
alguien que lo cure,
que lo rescate,
que lo sane;
que le quite el delirio de tenerte
que le quite el delirio de tenerte
y la alucinación del orgasmo.